Hace unos meses escribí La milonga de la placenta vieja y La batallita del líquido escaso. Con la entrada
que hoy dedico a la circular de cordón cierro esta trilogía. La placenta, el líquido
amniótico y el cordón umbilical acompañan al feto y son causas frecuentes de miedo atávico en la embarazada, así como exóticos motivos para finalizar una gestación sin indicación.
I.- ¿Cómo es
un cordón umbilical ?
El cordón umbilical une el feto con la placenta. Al final
del embarazo suele medir unos 50 cm, tiene un grosor entre 1.5-2.5 cm. Su color
es blanco opalino y mayoritariamente lo forma tejido de sostén llamado gelatina
de Wharton. Por el interior del cordón discurren normalmente tres vasos, dos arterias
umbilicales -que llevan sangre venosa, ya utilizada por el bebé hacia el útero
materno-, y una vena umbilical, que transporta sangre arterial, más oxigenada,
desde territorio materno al feto. Las funciones del cordón son principalmente respiratoria y nutricional..
II.- El cordón umbilical da miedo. El cordón es una término que genera, de la
misma manera que la placenta vieja o el líquido escaso sentimientos de temor en la población de gestantes y en sus familias, en particular el término circular al cuello. El
cordón, como verdadero oleoducto del feto, es un elemento que hace vulnerable al
bebé, es cierto. Pero sin embargo, los accidentes debidos al cordón, también
llamados funiculares, son tremendamente aislados, muchísimo menos presentes de lo que la intuicion nos puede dictar.
Esos 50-60 cm de cordón de
cada feto están expuestos al movimiento del tronco del propio feto, a la
compresión de las extremidades fetales contra la pared uterina durante cada minuto de sus nueve
meses de vida intrauterina. El feto se mueve con entera libertad dentro del líquido amniótico y
estira muchísimas veces el cordón o lo aprieta con frecuencia sin ninguna consecuencia.
Es muy frecuente encontrarnos en el parto circulares de cordón, bien alrededor del
cuello, o en bandolera, como ahora comentaremos.
La percepción social del cordón como realidad vulnerable del feto es altamente desproporcionada con la realidad diaria en la obstetricia.
No debemos confundir la circular al cuello, con el nudo
verdadero de cordón. Este último es muchísimo mas raro, de difícil diagnóstico
ecográfico, y salvo los rarísimos casos de nudos verdaderamente prietos tampoco son
causa de fatalidad. La longitud del cordón, la estructura de su gelatina y el líquido amniótico circundante protegen a los vasos umbilicales. El recorrido imprevisible del cordón durante el embarazo no debe generar especial ansiedad a la gestante, pues el feto no vive amenazado por el cordón, sino alimentado y oxigenado gracias a él.
III.- ¿ Quién aprieta a quién?
Nuestra vida es aérea, y por eso nos cuesta pensar que un feto tiene un
entorno acuático. Respirar para nosotros es un fenómeno de hinchar nuestros pulmones y sentir aire dentro, pero en puridad es un fenómeno celular de acepción de electrones por el oxígeno. El feto vive sumergido, acuáticamente. Lo sabemos teóricamente, pero no lo pensamos en el fondo. Por
eso con la circular de cordón la población comete este error que ahora explico: Ningún feto se
ahogaría porque el cordón al cuello no le deje respirar. La laringe no es
relevante dentro del útero para la respiración del feto. Cuando un feto tiene
una o varias circulares de cordón al cuello está más expuesto a que al
descender en el canal del parto, su cuerpo apriete al cordón. Es decir no
es que el cordón ahogue al feto; más bien el riesgo teórico consistiría en que el feto colapsara al
cordón al descender y la gelatina de Wharton no pudiera impedir el colapso de
los vasos umbilicales. Sin embargo, ese riesgo teórico tampoco es una realidad en la práctica. Vamos a ver por qué.
IV.- ¿Es muy frecuente la circular de cordón ? ¿ Hay que tener alguna conducta preventiva? ¿ Qué dicen los artículos científicos ?
En un estudio realizado con 13.895 partos se afirmaba que en el 29 % en gestaciones a término existe circular de
cordón al cuello, sin aumentarse el riesgo de muerte fetal anteparto.
No existe asociación con CIR, parto prematuro o peor desarrollo
neurológico. Un gran estudio retrospectivo de 166.000 partos que incluía 24.000 fetos con circulares al cuello comparando distintos parámetros mostraba que no empeoraban los resultados perinatales. Otro estudio realizado con más de 11.000 gestaciones a término y post-término no encuentra diferencias en resultados perinatales, aunque existan algunas diferencias en la gasometría; en ese artículo se desaconseja la evaluación anteparto de la existencia o no de circular de cordón. Existe bastante bibliografía al respecto, y toda ella apunta en la misma dirección; os añado otro artículo relacionado.
Es muy fácil soltar un cuento chino sobre el riesgo de una circular de cordón al cuello y hacer una cesárea por el
artículo treinta y tres. ¡ Qué buen médico
es Don Fulanito que me diagnosticó
una circular al cuello del feto, y salvó a mi hijo (?!) Eso existe a veces en algún tipo de -llamémosla- práctica medica.
Es difícil para el obstetra informar de la existencia de
una circular de cordón al hacer una ecografía, pues la alarma sociofamiliar es a veces considerable.
De hecho, el American Institute of
Ultrasound in Medicine considera que la evaluación de la circular de cordón no
debe formar parte de la exploración ecográfica estándar y tampoco debe formar parte
habitual de los informes ecograficos puesto que se considera un hallazgo
normal que sólo aumentaría el intervencionismo médico. Si la gestante pregunta al respecto debemos darle información tranquilizadora y comentarle las sólidas evidencias científicas.
- El feto se mueve con libertad en el útero y es
muy frecuente que el cordón se enrolle a alguna parte de su cuerpo:
cuello, brazo, pie, o como una banda.
- El cordón umbilical está fisiológicamente
preparado para el contacto del feto y la manipulación que puede recibir
por él; no es un tejido frágil amenazado durante nueve meses.
- Existe circular de cordón en el 15-35 % de los
partos.
- Puede diagnosticarse con ecografía prenatalmente al menos en un 70% de los casos
- Las circulares de cordón al cuello no tienen repercusión pues la longitud del cordón es suficiente y la estructura de gelatina
del propio cordón evita que se constriñan los vasos del mismo; en muchísimos
partos normales descubrimos la existencia de la propia circular al ver al
bebé nacer pues ningún dato del monitor cardiotocográfico nos lo hacía
sospechar previamente.
- El momento más vulnerable para el cordón tiene lugar en el parto durante el descenso de la cabeza por el canal del parto, pero este fenómeno es conocido, y observable en el registro cardiotocográfico; no es una amenaza imprevisible. De hecho la compresión del cordón es detectada con gran exactitud por el registro de la frecuencia cardiaca fetal, que responde como un reflejo variándose la FCF sin requerir ninguna actuación.
- En muy pocos partos, si las compresiones de cordón son reiteradas y severas pueden obligar al obstetra a comprobar la normalidad del equilibrio ácido-base, y actuar según el resultado del pH.
- Las guías clínicas internacionales
desaconsejan hacer un screening ecográfico de la circular de cordón pues
solo aumentaría la ansiedad materna y yatrogenia (intervencionismo médico) sin estar
demostrados mejores resultados perinatales.
- La información que debemos dar los
profesionales a la gestante que nos pregunta y tiene una circular de
cordón ha de ser tranquilizadora sobre la base de ser un hallazgo de
elevada frecuencia y no demostrados efectos deletéreos.
Por último, un consejo señora gestante: No permita que le realicen
una inducción de parto ni una cesárea programada porque el feto tenga una circular de cordón al cuello.