sábado, 13 de abril de 2013

EL GINECÓLOGO NO ES EL MÉDICO DE LAS EMBARAZADAS


El ginecólogo es el médico de la mujer. Y como tal asume el control del embarazo, parto y puerperio.
La maternidad es un acontecimiento central de muchas mujeres, las que deciden tener hijos. Sin embargo, llamar ginecólogo al médico especializado en el cuidado del embarazo, parto y puerperio, es una inexactitud. La embarazada suele afirmar, en lenguaje coloquial, que ha ido al "ginecólogo", pero en puridad, eso es falso. El ginecólogo atiende sangrados uterinos anómalos, miomas, quistes de ovario, incontinencia urinaria, nódulos mamarios, cáncer de útero....¿ qué tiene eso que ver con un embarazo? ¿ sabe de todo?¿ se pueden hacer tantas cosas de manera correcta ?


"La asistencia obstétrica justifica y merece una especial atención siendo como es la 'cenicienta' de nuestra especialidad. Acaso porque es más difícil, acaso por ser menos espectacular que la cirugía ginecológica, lo cierto es que está un poco 'dejada de la mano de Dios' por parte de los rectores. ¿No será el momento de separar la obstetricia de la ginecología? ¿en qué se parecen ambas ? ¿cuál ha avanzado más en los últimos años? ¿de cuál necesita más la sociedad? ¿cuántas mujeres necesitan la asistencia obstétrica y cuántas la ginecológica? Y la obstetricia ha de ocuparse de dos seres, la madre y el niño". (José María Bedoya, 1991)


I.- Estas acertadísimas reflexiones las escribió el Prof. Bedoya,-Catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Sevilla-, hace más de veinte años, siendo ya octogenario. El tiempo ha hecho que hoy estas palabras resuenen aún más ciertas, pues se ha agigantado la separación entre las dos grandes partes de nuestra especialidad: La Obstetricia y la Ginecología.
Nos puede resultar muy romántico y cinematográfico imaginar a un médico rural que lo mismo trataba una escarlatina en un niño, reducía una luxación de hombro o hacía un forceps domiciliario. El médico, el chamán que "sabía de todo", también erraba más, y sus resultados y complicaciones no soportarían un análisis actual.
Es bonito pensar en el saber enciclopédico del Renacimiento, en que los sabios sabían latín, eran pintores, escultores, músicos, médicos, astrónomos y matemáticos, pero la civilización ha avanzado por la especialización. Los actuales médicos de cabecera, nuestros Médicos de Familia son también especialistas en saber manejar la Atención Primaria.
Y aunque a veces la mentalidad de la especialización parezca una pérdida respecto al pasado puesto que en cierto modo "un especialista es aquel que sabe casi todo sobre casi nada", lo importante es no dejar de ser nunca médico. Ser un buen médico es lo maravilloso, pues enfrente está alguien más necesitado, que se merece que sepamos perfectamente (y no sólo  aproximadamente) lo que hay que hacer en su caso. Mi oficio es médico. Mi quehacer concreto: La Obstetricia
II.- Actualmente existen 3 áreas (al menos) muy específicas y diferenciadas dentro de la especialidad de Obstetricia y Ginecología. La propia SEGO está dividida en varias Secciones, no sólo por un afán organizativo, sino porque la heterogeneidad es enorme. Los planes de estudio, son amplísimos, y ya tenemos estos ámbitos:
  • Ginecología: Oncología-Endoscopia-Suelo pélvico
  • Reproducción
  • Obstetricia-Medicina maternofetal
No se puede ejercer,(ni exigir) una excelencia en el manejo de problemas complejos sin una razonable especializaciónEntiendo que en un hospital comarcal o en una consulta generalista, hay que trabajar en una "obstetricia y ginecología de combate" pero para hacer mejor las cosas, debemos tener separados los ámbitos laborales. 
Se diagnostica y maneja mejor lo que se hace todos los días. La Obstetricia y Ginecología son dos ciencias relacionadas pero netamente diferentes. También hace decenios "Corazón y pulmón" podían ser una sola especialidad, pues son ámbitos relacionados, pero un Servicio de " Cardiología y Neumología"  sería hoy impensable.
III.- Una Opinión Personal. Cuando, tras el examen MIR, se estudian los  cuatro años de Especialidad de Obstetricia y Ginecología en España, la Obstetricia (ahora también llamada Medicina Maternofetal) parece ser considerada "la parte sencilla", la rama que se estudia  sobretodo los dos primeros años de especialidad, y a la que no pocos colegas consideran "más fácil", y hasta si se quiere "más ñoña" (¡qué tierno es un parto...!) Los Jefes de Servicio de Obstetricia y Ginecología suelen ser ginecólogos dedicados en su quehacer diario a la cirugía, endoscopia, oncología, patología mamaria..., aunque luego opinan muy rotundamente también acerca de Obstetricia. Son escasos los Jefes de Servicio  con perfil obstétrico que dirijan en España actualmente un Servicio de Obstetricia y Ginecología. (Un Jefe que no opera cánceres, ¿qué clase de jefe puede ser?, dicen algunos con complacencia). Pienso que la Obstetricia está hoy en día un poco sometida en los organigramas a lo que "los ginecólogos decidan". Muy pocos hospitales españoles tienen divididos los Servicios. El Hospital Clinic de Barcelona , y 'La Fe' de Valencia son ejemplos a imitar en este aspecto de la división funcional entre Ginecología y Obstetricia. 

Ya digo esto porque a mi parecer, lo que implica sanitariamente la Maternidad (Obstetricia y Neonatología) es la rama sanitaria que más presencia tiene en la gente en la calle.
La sociedad conoce el sistema sanitario por el embarazo y parto, más que por un transplante de corazón, por espectacular que éste sea. El parto eutócico es un proceso  contabilizado por los gestores  como un evento de baja complejidad económica, mas sin embargo, tiene una trascendencia enorme pues es el proceso más frecuente dentro de los ingresos de un hospital. Pasar por unas consultas y plantas de hospitalización de una maternidad son los sucesos que llevan a la gente a conocer cómo es su sanidad. Transplantes hay pocos, partos muchísimos.

Por motivos que ya he comentado otras veces, todo el mundo se atreve a opinar con ligereza sobre los problemas maternofetales; se puede decir "cualquier cosa que te suene". También algunos médicos pueden creer que se puede pasar una consulta de obstetricia o estar en un paritorio con lo que uno estudió hace diez años. ¡Pues no! Las sociedades científicas europeas, americanas, australianas... no cesan de redactar renovadas guías clínicas,  documentos de opinión,etc; son constantes las publicaciones y avances en cualquier área médica. En lo obstétrico, también. No está todo inventado. El embarazo y parir " no es lo de siempre".

Antiguamente, la Obstetricia era también conocida como Tocología, etimológicamente Maternología (tokós,madre). Sin embargo, por si fuera poco, en los últimos veinticinco años ha aparecido un nuevo personaje: El Feto. Antes existía como cilindro fetal, como "producto de la concepción", pero el feto no era un PACIENTE. Este descubrimiento ha multiplicado por dos el objeto de la especialidad. ¡La  obstetricia es ya medicina maternofetal! Además de la patología materna, hay que estudiar el bienestar fetal, crecimiento, hemodinámica, y su normalidad de órganos y funciones desde su inicio. Nunca se le realiza a ninguna persona adulta una exploración tan minuciosa y completa que en la ecografía de las 18-22 semanas de embarazo.
Un ginecólogo que se dedica al manejo y tratamiento del cáncer de mama  y está a la última del ganglio centinela, debe ser prudente al opinar acerca de un embarazo, o de si es conveniente finalizar una gestación con preeclampsia severa en la semana 25. Es literalmente imposible para un médico dominar y realizar el manejo preciso de un  cáncer microinvasivo de cérvix uterino y a la vez, encontrarse cómodo controlando una complicación de una gestación gemelar monocorial como el síndrome de transfusión fetofetal. Pocas intervenciones oratorias hacemos los obstetras opinando acerca de oncología ginecológica; no sé si esto es una afirmación reversible. Por la formación básica, los obstetras podemos dar orientación ginecológica en la dirección adecuada, pero derivando al compañero y colega que más sabe del tratamiento de cáncer de mama o de endoscopia ginecológica avanzada. Podemos compartir ámbitos,incluso dentro de los actuales "Servicios de Obstetricia y Ginecología", mientras los organigramas hospitalarios no nos separen, pero sabiendo que nuestras destinatarias, siendo todas mujeres, nos requieren en muy diferentes momentos.

IV. Soy ginecólogo porque mi objeto de atención y cuidado es la mujer (llamada en griego, "giné"). No me molesta que me llamen ginecólogo, pues entiendo que es el vocablo coloquial, usado por extensión, por el que se ha llamado también al médico que cuida de la embarazada y asiste partos, pero mi objeto no es la ginecología sino la medicina maternofetal.

Hoy en día, nos encontramos con dos polos muy diferentes  incluso dentro de la asistencia obstétrica:
  • Un gran grupo de embarazadas sin factores de riesgo relevantes, que requieren poco control médico, y mucha normalidad, una asistencia de parto normal, de baja intervención, poco medicalizado, donde las matronas están adquiriendo un protagonismo in crescendo.
  • Por otra parte, existe otro grupo de gestantes y/o fetos con riesgos importantes, o con enfermedades, que requieren un manejo más específico.
Ambos grupos requieren de profesionales muy formados en saber informar y atender.

Espero que ahora ya comprendáis la frase del frontal: el ginecólogo no es el médico de las embarazadas. A la embarazada hay que desactivarle dudas, pequeñas bombas de relojería que lleva en la cabeza. Si uno trabaja con embarazadas todos los días, las entiende mejor, las conoce, les da explicaciones más ajustadas a la realidad, y lo que es más importante: Comete menos errores. Para eso los obstetras,-médicos y matronas-, estamos ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario