domingo, 1 de diciembre de 2013

POLIVITAMINICOS EN LA GESTACION: ¿NEGOCIO O NECESIDAD?

La prescripción médica de suplementos polivitamínicos (vitaminas y minerales) a las embarazadas es una práctica habitual. Además la población gestante representa un gran mercado  comercial para la industria farmacéutica. En España hay aproximadamente 500.000 partos al año, por lo que si cada gestante compra un preparado polivitamínico desde tres meses antes de buscar embarazo, durante el mismo y también en la lactancia, la venta anual de envases sobrepasa ampliamente los 6 millones anuales. Aunque el análisis exhaustivo del asunto supera las aspiraciones de este artículo sí podemos lanzar algunos interrogantes e intentar vislumbrar respuestas, tomando partido, como siempre hacemos.



I.- Hace unos días recibí  publicidad de un nuevo polivitamínico para las embarazadas, que anunciaba como novedad que además de la ristra de innumerables vitaminas y minerales que habitualmente ofertan, añadía magnesio como novedad entre sus componentes; se afirma en el prospecto publicitario que el magnesio contribuye a que la gestante tenga menos calambres (!) Ahí acababa la información. Por curiosidad, revisé la biobliografía en relación a la recomendación sobre la ingesta de magnesio en el embarazo y las evidencias al respecto son tendentes a cero.  Es cierto que el magnesio interviene en la contractilidad muscular, interfiere con el calcio, participa en la liberacion de parathormona, en la formación ósea, en muchos procesos bioquímicos (fosfoliración oxidativa, inhibición liberación acetilcolina en la placa neuromuscular,estabilización del DBA, RNA y ribosomas).  Los obstetras de hecho conocemos muy bien el sulfato de magnesio y lo usamos como fármaco a dosis altas y de forma intravenosa como fármaco para prevenir o tratar la eclampsia. Ahora bien, asociar a la idea del magnesio participando en la bioquimica de la contracción muscular hasta el punto de suponer/imaginar/elucubrar que dando magnesio a pequeñas dosis vía oral a todas las embarazadas, éstas  tendran menos calambres es rotundamente falso. ¿Por qué entonces se puede vender por tanto como una novedad terapéutico-preventiva ? He aquí un ejemplo de lo que está pasando con los polivitamínicos, al menos en España: Muchas potenciales clientes, y pocas evidencias científicas.

II.- En otros artículos ya hemos comentado que la  mujer embarazada siente de manera superlativa su obligación de proteger y alimentar al feto. Es natural que así suceda. No deja de ser un mamífero que se preocupa por su cría. El estado de gestante obliga a sacrificios en ocasiones, privándose de actividades o añadiéndose obligaciones excepcionales. Un aspecto muy señalado es el que tiene que ver con la alimentación y nutrición. La embarazada tomará todo aquel fármaco o complemento alimenticio que le digamos que puede ayudar al bebé y evitará lo nocivo. Las vitaminas son percibidas por la población como pequeñas sustancias muy beneficiosas siempre, y sin efectos secundarios. Por lo tanto una gestante facilmente pensará que cuantas más vitaminas y minerales, mejor para su bebé.  Existe una creencia insertada en la población que asocia las vitaminas con bondad y en cambio las  hormonas como veneno; la vitamina es bella, la hormona es  sospechosa...
No me opongo  a la ingesta de determinados oligoelementos en la gestación, pero manifiesto mi objeción al mercadeo general de plurifarmacia que también rodea al mundo de las embarazadas.


Tenemos que ir en nuestra exigencia científica un poco más allá de aquel simpático Superratón  (por favor no dejen pinchar link) que invitaba a supervitaminarse y mineralizarse.

III.- A dia de hoy las RECOMENDACIONES CONSOLIDADAS son :

1) ACIDO FOLICO. Recomendaciones desde los años 90. Suplemento de 0.4 mg de ácido fólico un mes antes de la concepción y en el primer trimestre para prevenir defectos de tubo neural; no añaden nada las formas de ácido folínico o levofolinato, salvo que son más caras para la gestante. La toma debe ser ininterrumpida puesto que no se almacena en el organismo por lo que la toma discontinua  anula o disminuye el efecto beneficioso. Solamente las mujeres con antecedentes de DTN tienen indicación dosis de 4 mg/día.

2) HIERRO. 30 mg. de hierro elemental (incluidos en 150 mg de sulfato ferroso, 300 mg de gluconato ferroso o 100 mg de fumarato ferroso). Recomendación del US Center for Disease Control and Prevention (CDC), y la OMS. En principio no sería necesario el aporte de hierro oral los primeros cuatro meses de la gestación, si bien pocas mujeres tienen bien cubiertos sus depósitos de hierro. Existen recomendaciones para la ingesta de hierro en 2º y 3º trimestre del embarazo profilácticamente.

3) YODO. 250 microg diarios. Recomendación de la OMS desde 2005. También desde ese año en España el Ministerio de Sanidad, autorizó la comercialización de suplementos de yoduro potásico financiables por el Sistema Nacional de Salud.  El tiroides de la gestante está sometido a un estrés y puede no ser suficiente el aporte de la sal yodada. Pensemos que la mayoría del yodo está en los océanos, la superficie terrestre es muy pobre, y además no podemos almacenarlo en nuestro cuerpo, por lo que debe ingerirse diariamente. En los últimos años se ha incrementado desde los 150 hasta los 200-250 microg. diarios. Existe alguna revisión al respecto, pues los últimos estudios poblacionales en  España han mostrado un incremento del uso familiar de sal yodada y se aprecia un aumento de yodurias, seguramente por el aumento de yodo en la leche y productos lácteos, por lo que España se situaría así en niveles próximos a los que la OMS indica que no es necesario suplementar. No obstante, se mantiene la necesidad por el momento.

IV.- NO ES NECESARIA LA SUPLEMENTACION UNIVERSAL  con cobre, zinc, fósforo, vitamina A, vitamina D, vitamina E, vitamina E, vitamina K, vitamina B1(tiamina), vitamina B2 (riboflavina), vitamina B5 (niacina), vitamina B6 (piridoxina), vitamina B12 (cianocobalamina), selenio, ni magnesio.

IV.- PUEDE TENER INDICACION la suplementación de algunos micronutrientes a  determinado grupos de gestantes:

1) CALCIO:  No hay evidencia para una suplementación universal, pero sí se beneficiarían  de la ingesta de 1 g. de calcio diario las gestantes que tomen menos de tres raciones de lacteos al día, y algún grupo de riesgo (madres adolescentes, o con riesgo aumentado de preeclampsia, pues hay evidencias recientes al respecto y así lo aconsejan guías británicas como la NICE).

2) ACIDOS GRASOS OMEGA-3:   Están muy de moda. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga son un ámbito interesante de investigación. Podrían tener alguna relevancia en relación con aumento en el peso al nacimiento y una reducción del riesgo de parto prematuro y mejoría del neurodesarrollo feta, pero no hay evidencia firme.   En el año 2010 se publicó un Documento de Consenso (realizado por expertos) en España sobre  Recomendación de los Acidos Grasos Poliinsaturados  de cadena larga en la gestación, lactancia y primer año de vida  y se postuló la recomendación de suplementar a todas las gestantes con 200 mg/ día de ácido docosahexanoico (DHA). Las conclusiones de las recomendaciones representaban  opiniones de sus miembros (los niveles de evidencia que aportan solo los expertos son los de menor asociación), y el propio documento manifiesta que sus reuniones fueron financiadas por una empresa farmacéutica que vende DHA dentro de un preparado polivitamínico.("imparcialidad objetiva, no comment"). Por otro lado consumiendo 1-2 veces por semana pescado graso se consigue esa cantidad de DHA, por lo que actualmente son innecesarios para toda la población, y de posible utilidad en gestantes con antecedentes de prematuridad.



IV.- CONCLUYENDO:

1.- Todos los seres humanos debemos realizar ingestas alimenticias equilibradas, seamos gestantes o no.  Desde un punto de vista nutritivo, la dependencia del feto del organismo materno es total; el factor que tiene más influencia sobre el peso al nacer es el estado nutritivo previo al embarazo.
2.-Es muy recomendable el aporte externo adicional de algunas vitaminas y minerales a todas las gestantes, incluso a las que tienen una dieta equilibrada.
3.- Hay vitaminas que pueden ser perjudiciales, bien  porque sean tóxicas (vitamina A) a determinadas dosis, o porque interfieran la absorción de otras necesarias; otras vitaminas/minerales pueden no ser nocivos , pero son  perfectamente innecesarias.  No podemos dar "cualquier cosa" a la gestante  simplemente "porque tiene todo tipo de vitaminas y minerales" y queda muy moderno. Es necesario guiarse con prudencia y por las evidencias actuales, teniendo en cuenta que las recomendaciones pueden cambiar a lo largo del tiempo.  No podemos guiarnos por las inercias de la costumbre, ni por el principio nutricional de que 'lo que no mata, engorda'.
4.-Es necesario un estudio sistemático y detallado de las necesidades reales. Las Sociedades Científicas de Obstetricia, Pediatría y Endocrinología-Nutrición deberían manifestarse con más claridad  en relación a los polivitamínicos en el embarazo. Creo que en este asunto la SEGO actúa de manera meliflua. La buena relación y  colaboración que se pretende con la industria farmacéutica no puede darse a toda costa ni debe evitar Documentos de Consenso objetivos y no financiados a instancias de parte.
5.- Es necesaria una regulación más estricta y diferenciada por parte de la administración entre lo que pueden considerarse medicamento y los complementos alimenticios. La sociedad  no sabe muchas veces qué está tomando y para qué sirve. Podríamos pensar no solamente al ámbito de la embarazada. (¿sabemos qué se vende en las parafarmacias y herboristerías?¿ese ámbito tiene una regulación suficiente?)
6.-  Los profesionales sanitarios que cuidamos a las embarazadas (obstetras, matronas y medicos de familia) tenemos un compromiso ético (y económico) con ellas. No podemos tampoco hacer gastar a una embarazada 20 euros/mes en un polivitamínico 'muy bueno' y muy de moda, y con bello envoltorio, si las recomendaciones científicas están ya cubiertas con un medicamento que con receta médica vale poco más de tres euros.







6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo, Juan. Yo resumo el artículo en una única frase "No me opongo a la ingesta de determinados oligoelementos en la gestación, pero manifiesto mi objeción al mercadeo general de plurifarmacia que también rodea al mundo de las embarazadas". En nuestra sociedad una dieta saludable cubre las necesidades diarias de vitaminas y minerales recomendadas para una embarazada. Quizá en lo que deberíamos invertir un poco más es en enseñarlas a comer bien (aquella que no tenga suficientes recursos económicos para tener una alimentación equilibrada, sospecho que tampoco los tendrá para comprarse el polivitamínico de turno).
    Ahora, es fácil cargar las tintas de este problema contra los profesionales sanitarios (no quiero decir con esto que tu lo hagas en tu artículo) y tenemos que tener en cuenta la sociedad de consumo y la urgencia vital que nos consume casi para todo. A una embarazada le resulta mucho más sencillo echarse la pastillita a la boca y pensar "ya voy servida" que reflexionar todas las noches si ha consumido en el día todos los alimentos recomendados según la pirámide alimentaria (me recuerda un poco al lubro "Un mundo feliz" de Aldous Huxley).
    Buen artículo, como siempre, Juan.

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  2. En la primera charla preparación al parto la matrona nos puso un vídeo sobre hábitos saludables que hacía hincapié en la dieta y lo primero que pensé es que esta información debería ser más universal, darse en la escuela, en los institutos y ¿por qué no? en los medios de comunicación. Un hábito no se crea en una semana, hay que empezar mucho antes. Yo soy maestra de infantil y no me canso de insistir en la importancia de crear buenos hábitos desde pequeños. También soy madre y sé lo difícil que es a veces ser consecuente, porque es más cómodo recurrir a una cena rápida y ceder ante las peticiones de los niños porque a veces estamos cansados y le quitamos importancia a estas cosas.
    Yo sí que estoy tomando hierro y un polivitamínico, no sólo por mi bebé sino también por mí, también he ido al dentista, he empezado a hacer pilates...
    El embarazo puede ser un momento para empezar a cuidarse iniciando nuevos hábitos.

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  3. Entonces, ¿el ácido fólico sólo se recomienda en el primer trimestre? Actualmente lo recetan durante todo el embarazo. Mi duda es si tomarlo hasta el final resulta inocuo o podría ser perjudicial.
    Muchas gracias por la información.

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  4. ¿Y en el puerperio? Qué recomendaciones de suplementacion hay?

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    Gracias,
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